A LA PALABRA

Me dices que guarde silencio
que calle mi voz que clama,
buscando quien me la escuche.

Que apague mis sentimientos
que quieren hablarle al viento.
Y yo te miro.
Y pienso:
¿tan chica es mi palabra
que a nadie le importa un bledo?
¿Quién eres tú «pa» decirme
que he de callarme por ello?

Mientras exista la brisa
y un latido en mi pecho
yo gritaré tan fuerte
que no habrá palabra chica
que no me la lleve el viento.

Escritas en sinfonías
las nubes leerán mis versos,
y porteará mi experiencia,
seré mi humilde viajero.
Y por mucho que tú digas,
¡No guardaré silencio!







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